martes, 31 de agosto de 2010

LA RUEDA DE LA VIDA

La rueda de la vida
Con la pregunta ¿conoce cuáles son las técnicas básicas de primeros auxilios que hay que hacer ante una emergencia? se llevó a cabo una encuesta a todas las personas en la puerta de escuelas y unidades sanitarias de la Provincia de Buenos Aires. Lamentablemente, la respuesta no fué del todo satisfactoria: 7 de cada 100 personas (de entre 25 y 45 años) sabe cómo actuar ante una persona que sufre un accidente cerebrovascular o un evento cardíaco.

Para los que hacemos docencia en esta temática, nos plantea un fuerte desafio. Bien sabemos que cuánto mas gente sepa practicas primeros auxilios, la tasa de mortalidad va a tender a disminuir. No cualquiera debe ni puede enseñar practicas relacionadas con la temática: se requiere de idoneidad docente y profesional para el mismo.  Eso se logra con la capacitación y actualización profesional constante. 
      La encuesta antes mencionada, fué realizada bajo el Programa de Resucitación Cardiopulmonar de la Provincia de Buenos Aires. Pese al bajo conocimiento de las maniobras de resucitación, la mayoría de los 620 encuestados considera que es importante conocer alguna técnica de reanimación y por eso respondieron que les gustaría aprenderlas. El programa provincial RCP –que existe desde hace 10 años– dicta cursos gratuitos para la comunidad en general, aunque la mayoría de quienes se anotan son docentes, profesores de educación física y bomberos. Esto demuestra, tambien, la necesidad constante de planificación de las clases, encuentros y cursos, para incentivar a la ampliación de la gente que realice actualizaciones y para los que recien se inician en la temática.
      “Tres horas alcanzan para aprender lo básico: reconocer lo sucedido, llamar al servicio de emergencias correcto y hacer las maniobras de primeros auxilios”, dice Gabriel Sosa, instructor del Ministerio de Salud bonaerense.

¿Que tal si formamos instructores idóneos para impartir conocimientos y experiencias?
Capacitar y capacitarse debe ser una de las premisas de todo Profesional de la Salud.

Enf. Nicolas ROMERO
Docente

miércoles, 18 de agosto de 2010

EL USO DE LIQUIDOS INTRAVENOSOS EN LA GUARDIA DE EMERGENCIAS.

La HIDRATACION PARENTERAL (HP) es, actualmente, un tratamiento habitual en el ambiente hospitalario y, también, en los domicilios, en caso de usuarios en cuidados paliativos o en fase terminal.
                No todos los colegas conocen las ventajas y desventajas que los distintos tipos de soluciones intravenosas presentan en diversas situaciones clínicas. Muchas veces se indica sin valorar adecuadamente las necesidades del usuario.
                Tiene cuatro objetivos principales:
1.       Reponer las pérdidas de líquidos y electrólitos previos al ingreso del usuario.
2.       Aportar las necesidades mínimas diarias de agua y electrólitos que se eliminan (por piel, pulmones, aparato digestivo y orina), siendo entre 1.500 y 2.000 ml/24 horas.
3.       Compensar las pérdidas de líquido anormales que se producen durante la hospitalización.
4.       Realizar una nutrición adecuada que incluya las necesidades calóricas de hidratos de carbono, grasas, aminoácidos y vitaminas. Las necesidades mínimas para inhibir el catabolismo endógeno son de 1000 calorías/día en un adulto normal en reposo.
               
SOLUCIONES CRISTALOIDES
                Soluciones Glucosadas: aportan agua y calorías, modificándose según la concentración de glucosa en sangre. Debe administrarse, en un adulto normal, 100g de glucosa/día y un 20% del aporte calórico será en forma de hidratos de carbono.
·         Glucosado al 5%: Es una solución hipotónica (277 mOsm/l) que contiene 50g de glucosa/l, por cada litro de esta solución se aporta 200 calorías. Sus indicaciones son la rehidratación, para compensar pérdidas de líquido por evaporación, y el mantenimiento de una vía endovenosa permeable. La dosis máxima es de 0,5 g/kg/hora (35 g para un usuario de 70 kg), lo que equivale a  700 ml/hora de esta solución. No debe mezclarse con sangre ya que, al metabolizarse la glucosa, puede causar hemólisis.
·         Glucosado al 10%: solución hipertónica (555 mOsm/l) que contiene 100g de glucosa/l; por cada litro aportamos 400 calorías. Sus indicaciones y dosis máxima son idénticas a la anterior solución. Si bien al aportar mas calorías, la cantidad máxima para un usuarios de 70kg será de 350 ml por hora (116 gotas/minuto). Cuando se administre esta solución a usuarios diabéticos, puede ser necesaria la metabolización de la glucosa, para lo que se añadirá 1 Ul de insulina rápida por cada 4g de glucosa.

Soluciones salinas: su función principal es aportar agua, sodio y cloro, en distintas concentraciones.
·         Solución salina fisiológica: solución isotónica (291 mOsm/l) que contiene 8,5 g/l de cloruro de sodio. Sus indicaciones específicas son la depleción hidrosalina sin acidosis y la reposición de las pérdidas de líquido, sobre todo por vómitos, que cursen con alcalosis metabólica, ya que en estas circunstancias las pérdidas de cloro son elevadas. Por su contenido en sodio, se administrará con precaución en aquellas situaciones clínicas donde el aumento de este ion conlleve un deterioro de las mismas, como la hipertensión arterial, los estados edematosos y las cardiopatías. Las necesidades mínimas de cloro y sodio son de 70-80 mEq/l en el adulto y de 15 a 20 mEq/l en el niño; diariamente se requieren 500 ml o 100-200 ml.

Solución polielectrolítica: también denominadas balanceadas, son soluciones isotónicas con respecto al plasma que tienen como misión principal aportar agua y electrólitos: cloro, sodio, calcio, potasio, magnesio.
·         Solución de Ringer: solución isotónica (311 mOsm/l) que contiene 8,5 g/l de cloruro de sodio, 0,3 g/l de potasio y 0,3 g/l de calcio. Su indicación principal radica en reponer los déficit del espacio extracelular.
·         Solución de Ringer Lactato: es una solución idéntica a la anterior que contiene además 27 mEq/l de lactato, característica que establece como indicación fundamental la deshidratación extracelular acompañada de acidosis metabólica.

Enf. Prof. NICOLAS ROMERO, Docente

martes, 17 de agosto de 2010

De Urgencias y Emergencias... Diferencia entre ambos conceptos

Sobre la  URGENCIA tenemos varios criterios a la hora de definir este concepto; entre ellos está el que resume la filosofía que ha servido a la Seguridad Social para establecer los Servicios especiales o normales de Urgencia:

      “Urgencia es toda demanda de asistencia que se produce fuera del horario laboral normal”. Se trata de un criterio eminentemente funcional.
      Las diversas asociaciones sanitarias americanas, a modo de ejemplo, definen urgencia como: “Toda aquella situación que, en opinión del usuario, su familia o quien quiera que asuma la responsabilidad de llevar a un usuario al hospital, requiere una atención sanitaria inmediata”. Se trata de un criterio centrado en la percepción del usuario.
      Comúnmente se acepta que: “Urgencia es toda situación que plantea una amenaza inmediata para la vida o salud de una persona”.

Tipos de urgencias:
      Urgencia subjetiva: desde la víctima y del gran público; surgiendo de criterios que tienen carácter de impresión, tales como el dolor agudo o la hemorragia externa, sin que esos signos pongan necesariamente en peligro la vida o la salud de la persona.
      Urgencia objetiva: aquella situación que compromete la vida o la salud de la persona, y que puede ser apreciado por profesionales de la salud o no.
      Urgencia vital: Forma parte de la urgencia objetiva y es definida como la situación en que, por fallo o compromiso de las funciones vitales respiratorias, circulatorias o cerebrales, existe a corto plazo riesgo de muerte; este concepto hace referencia al término EMERGENCIA.

La EMERGENCIA, específicamente, tiene que cumplir los siguientes criterios:
      Hacen peligrar la vida del usuario, algún órgano o parte esencial de su organismo, a no ser que se instauren medidas terapéuticas con prontitud. Siempre comporta un elevado riesgo vital.
      El problema desencadenante aparece casi siempre de un modo súbito.
      Requieren de respuesta especializada inmediata, entre unos minutos y una hora.
      Requiere hospitalización, salvo raras excepciones, y ésta se produce prácticamente siempre  ocupando camas de críticos o agudos.
      Precisa, por lo general, de asistencia in situ y un transporte asistido o especializado hasta el hospital.
      La solicitud de atención procede de la familia o del entorno donde se ha desencadenado el problema. Generalmente, no es solicitada por el propio usuario.
      Hasta la plena instauración de los servicios de urgencia extrahospitalarios, necesita con frecuencia la concurrencia de instituciones no sanitarias para su resolución, como son policía, bomberos, etc.
      El personal que atienda situaciones de emergencia requiere formación específica.

Enf. Prof. NICOLAS ROMERO, Docente